Saturday, April 16, 2011

5 canciones para escuchar mientras te hacen un MRI




Cristian no toma cuenta del tiempo que transcurre entre una espera y otra. Está enfermo. Los hospitales, aunque le apestan, se le tornan familiares. La pulcritud que le es característica también la asimila y por poco cree que el protocolo medicinal habrá de curarle. Ya van cuatro veces desto. 

Mientras hace espera navega el Facebook como de costumbre. Hace unas semanas que Juanluís lo tagueó en la portada de la segunda edición de “Reyerta TV”. Como lo mira desde el celu, su amigo parece haberse tomado una foto con el libro impreso y la mascara que dio razón al dibujo que adorna su portada. Cristian piensa: Juanluís necesita ponerse una camisa decente y pedirle a Orlando que le tome fotos bonitas. Es entonces cuando recuerda que siempre que conoce gente nueva nunca tarda en asomarse la obligación de contarles al menos una de tantas veces en que alguna maquina de MRI le hizo afrenta.


Cristian se atreve a decir:



1. 芸能山城組 - Battle Against the ClownCuando tenía como quince años fue que primero me hice (hicieron?) un MRI. Yo no sabia qué anticipar de tan monstruoso aparato. Como yo recién dejaba las malas costumbres del geek en mí (mentira, vil, vil mentira) no pude evitar recordar aquella memorable escena de la película de animación japonesa, “Akira”, donde el personaje principal (principal secundario?), Tetsuo, es sometido a una serie de experimentos científicos altamente sofisticados. La versión del MRI en aquella famosa escena resulta un poco más aterradora (pues parece más machina de feria que instrumento de investigación científica), pero me dio un buen adelanto del espanto que habría de ser el ceder voluntariosamente a la intervención del doctor (los doctores? Técnicos? Ahora ni recuerdo quién estaba a cargo de dicha empresa. Ven? El anonimato del equipo investigativo hostiga aún más que el ojo velador foucaultiano). El punto es que la espera y los primeros momentos de aquel abrupto tronar de los “martillazos” característicos de aquella entrada al Twilight Zone me transportaron de inmediato al Neo-Tokyo de Kaneda y la pandilla de motociclistas que dan pie a la acción de esta emocionante escena.

2. Fantomas - Delirium Cordia: Otro aspecto memorable (es decir, perturbador) de esa primera intervención MRIana fue la sensación de completa y total (valga la redundancia) privación de movimiento corporal. Es harto sabido que para cosas tales es preciso amarrar al paciente a la cama. Como yo no tiendo a ser difícil con la gente (especialmente con “profesionales”) no me resistí a la condición. Tremendo error. Poco después de tomar cuenta de que el único sonido que me acompañaba en la oscuridad era el programa radial de por las tardes de Fidelity (95.7), no pude evitar socorrer la razón que igual habría de serme arrebatada por los martillazos (breve alivio, debo admitir) intentando contrarrestar la idiotez con algo más a tono con la seriedad de mi estado emocional (y físico). Bienvenido Fantomas y su canción de 70 minutos, “Delirium Cordia” (versión videoclip aquí ofrecida; duración de 6 minutos). 

3. Animal Collective - Fireworks: Es normal que mientras haces lo posible por no perder la cordura entre martillazo y ensordecedor Bonifacio enlatado procures una canción capaz de quitarte el peso y la incomodidad (y ni hablar de la creciente claustrofobia). Es entonces que algo así cruza por tu mente: "How's that song?" / Man, it passes right by me it's behind me, now it's gone / And I can't lift you up cause my mind is tired, / It's family beaches that I desire”. Al dedillo.

4. The Blood Brothers - You're the Dream, Unicorn!: Una vez ese primer intento fracasa (porque siempre es el caso de un novato) no queda más remedio que entregarse al delirio. Como en los intrigantes “water chambers” o “floatation tanks” de Joe Rogan, es fácil caer en un estado de momentánea locura cuando cunde el pánico y los brazos no cooperan en la liberación del cuerpo ya casi olvidado al pensamiento (nebuloso) y la ansiedad corrosiva que caracteriza (tal vez hasta facilita) el sospechoso trabajo de los supuestos “técnicos” (que dicho sea de paso, hasta el momentos permanecen escondidos). Una vez entregado a la rabia, el descontrol, la pataleta o como deseen llamarle, no hay mejor canción que esta. El minuto 1:30, además, sirve para representarnos aun más fielmente ese breve momento de lucidez enfermiza que nos espera a todos los MRIitas.

5. Skip James - I'm So Glad: Por último, ya pasado el breve período de demencia identificable, fue que tuve necesidad de retomar mis funciones corporales, poniendo pie en loseta fría y caminando pausadamente a no-se-dónde, pues no basta cordura para hacer sentido de todo esto sin sacrificar el horror por el tedio de detalles tales. Prefiero, pues, ofrecerles una canción que creo todos podríamos bien componer y cantar (llámenle “collective unconscious” o cualquier patraña pseudocientífica) o reciclar (“cover” o como quieran llamarle) a razón del alivio y la esperanza que representan el haber acabado con tan abominable experiencia.

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