Cassette Grabao: La Sonrisa Vertical

Sergio B dice:

Tempranito en la mañana, me ataca un hambre perra, reviso la nevera y está casi vacía. Mensajeo a Juanluís y me dice que está ligandose a Wanda Saís en Entre nosotras, que lo sintonize, que en la próxima sección dirán cual de ellas lo hace mejor con la boca. Consigo pan del cual quedan par de tapas, le pongo mantequilla y las meto a la tostadora.

El insertar aquellas dos lazcas me hizo recordar aquella vez en la intermedia en la que por primera vez me presentaron, en vivo y a todo color, la segunda sonrisa de una nena. Labios de la cosquilla, los que no hablan pero devoran, en fin, gajos, los bembes de la vagina.

Juanluís responde y me dice que la mejor que lo hizo con la boca fue Alba. Se desiluciona. Vuelvo al tema.

Dado el hecho de que todos en algún momento nos encontramos con el revelador y algo traumático momento de ver a nuestra mai esnua, también, uno presume de tener la experiencia adecuada de haber completado el training privilegiado y sicológico que nos otroga el porno.

Mientras espero por el pan calentarse, la imagen indirecta me transporta a aquel momento en que experimenté mi primer encuentro cercano con el sexo femenino.

Recuerdo que salimos de clases y fui a la tiendita con un pana a comprar cornuts y un icee. De seguro era de sabor cowabonga o pitufo, que eran los más que bregaban. De vuelta nos encontramos una amiga, recuerdo que ese día había casual day, y ella estaba sentada en el piso con unos pantaloncitos noventosos de mahón cortos, color crema. De primera instancia no nos dimos cuenta y sin malicia nos sentamos en el piso frente a ella. Pidió un "zip" de cada vaso y cacheteó uno que otro cornut. Entre el vaivén de preguntar si ibamos o no al party de marquesina que había en casa de uno de los del salón, me di cuenta que por al lado del pantalón se le había salido alguito. La referencia directa a un molusco era evidente y en cuestión de segundos el pana mío y yo establecimos una conversación visual en la cual nos entendimos a la perfección.

Entre la inocencia noventosa de la juventud decidimos darle cuerda a la conversación y entrelazarnos en la malicia que un breve compartir de picadera nos ofrecía. El trambo duró como cinco minutos y la vinieron a buscar. Se fue y empezamos a compartir opiniones, inclusive, el pana afirmó haber visto hasta un pelo, tal vez tenía mejor ángulo.

De todas maneras (BAM!) salió el pan de la tostadora y volví de mi recuerdo. Una experiencia que aunque parezca poca despertaría en nosotros nuevas estrategias para conseguir más a nuestro favor en algún futuro muy cercano. Además, como olvidar la amabilidad de una doble sonrisa, imposible.

Aquí una lista de cinco canciones que nos acercan y nos hacen alución a descubrir aquel momento clásico:

The Killers- Smile like you meant it